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Causas del estrés
Hemos de entender el estrés no como un trastorno mental o una enfermedad, sino como una reacción fisiológica de nuestro cuerpo ante ciertos estímulos amenazantes o de demanda excesiva.
Más que causas, esta reacción tiene una serie de factores desencadenantes que pueden generar momentos o etapas de estrés en una persona. Normalmente es pasajero, pero si no se trata a tiempo se pone solución, puede derivar en estrés crónico o provocar enfermedades mucho más graves.
- Situaciones en las que nuestro cerebro ha de procesar más información o actividades de las que nos vemos capaces: sobreesfuerzos físicos y mentales, retos laborales extremos, competitividad…
- Factores ambientales: exposición a productos químicos nocivos, ruido excesivo, temperaturas extremas…
- Una mala postura
- Sensación de amenaza: posible despido, accidente de tráfico…
- Derivación de otras enfermedades o trastornos: depresión, ansiedad, baja autoestima,
- Aislamiento social: hacinamiento en casa.
- Presión de grupo: que te fuercen a hacer algo que no te apetece, tener que hablar en público, dar una reunión, acoso laboral…
- Sentimientos de frustración, a menudo por falta de tiempo o por tener objetivos demasiado altos y expectativas no cumplidas.
- Insatisfacción en la vida o incumplimiento de objetivos.
- Complicación o decepción de las relaciones interpersonales: muerte o enfermedad grave de un amigo o familiar, discusiones de pareja, separación, una boda…
- Bloqueo en nuestros intereses: despido, cierre de un lugar en el que nos sentimos bien…
- Falta de sueño.
- Hambre.
- Una mudanza o cambios repentinos en tu estilo de vida, como el embarazo.
Como ves, en algún momento de nuestra vida todos podemos pasar por etapas estresantes, no importa si somos adolescentes o ya bien entrados en la tercera edad. Todo tiene solución, pero está en tus manos.
Síntomas: ¿te ocurre algo de esto?
El estrés afecta cada uno de los aspectos de nuestra vida diaria. Esto quiere decir que, si estamos estresados, influye en: emociones, relaciones, comportamiento, habilidades psíquicas o físicas… todo. Nada queda fuera del alcance de una etapa de estrés, ni si quiera el apetito o el sueño.
En el estrés podemos encontrar varios síntomas que pueden indicar que lo estamos padeciendo, aunque siempre deberemos acudir al médico para que nos haga un buen diagnóstico:
Síntomas psicológicos:
- Irritabilidad y mal humor, somos propensos a enfadarnos por nada.
- Sentimiento de pérdida de control sobre el trabajo, la familia o tu propia vida.
- Nuestra mente nunca está en modo reposo.
- Dificultad para estar tranquilos/as o relajados/as.
- Sentimientos de baja autoestima, soledad y depresión.
- Hacinamiento en casa por voluntad propia, no nos apetece salir a ver a nadie.
Síntomas físicos:
- Nos sentimos flojos, bajos de energía.
- Dolores de cabeza y migrañas frecuentes.
- Problemas gastrointestinales que pueden provocar diarreas, náuseas o estreñimiento.
- Dolores musculares y tensión.
- Defensas bajas, con lo que somos más propensos a resfriarnos.
- Dificultad al tragar, boca seca.
- Aceleración del ritmo cardíaco y dolores en el pecho.
- Insomnio y problemas para dormir.
- Sudoración excesiva.
Cuidado: el estrés puede causar estas enfermedades
Al ver todos los síntomas que el estrés causa en nuestro cuerpo, es normal preocuparnos por nuestra salud. Y deberías, pues si no cuidas el estrés y no haces cambios saludables en tu forma de vida para evitarlo, se pueden generar enfermedades y trastornos más difíciles de tratar:
- Problemas cardíacos: al acelerarse el ritmo cardíaco y tener subidas de tensión con estrés, el riesgo está garantizado. A ciertas edades, además, es muy peligroso. Además, se dispara el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Si no lo detenemos a tiempo, el estrés puede causar infartos y ataques al corazón.
- Problemas respiratorios: especialmente el asma, pues se ha demostrado que el estrés agrava este problema. ¿Sabías que el estrés en los padres es un factor de riesgo para que los hijos desarrollen asma?
- Problemas de sobrepeso y obesidad: el estrés hace que aumente la cantidad de grasa acumulada en el abdomen y aumenta los niveles de la hormona cortisol. Si lo juntamos con un apetito insaciable, ¡bomba!
- Diabetes: el aumento de los niveles de glucosa en sangre y la dejadez en la dieta (de bebida y comida) puede empeorar en gran parte las diabetes de tipo 2.
- Migrañas.
- Problemas gastrointestinales: ya no estamos hablando de una simple diarrea, sino que el estrés puede favorecer la aparición de trastornos como el Síndrome del Intestino Irritable, acidez crónica o empeorar úlceras (aunque no crearlas).
- Problemas mentales degenerativos, como el Alzheimer. Las lesiones cerebrales causadas por el estrés pueden acelerar el desarrollo de este tipo de enfermedades.
- Problemas para dormir, como el insomnio crónico o los terrores nocturnos. También puede fomentar el sonambulismo.
- Ansiedad con insomnio y ataques de pánico.
- Depresión.
Parece obvio que nos tenemos que cuidar un poco, ¿no crees?
¿Cómo saber si mi insomnio se debe al estrés?
Como bien sabes, las causas del insomnio son múltiples, y no todas tienen porque estar vinculadas al estrés. En otras ocasiones hemos visto cómo los problemas para dormir se dan la mano con trastornos como la depresión o la ansiedad, por ejemplo.
Lo primero que debes preguntarte es “¿dónde comenzó todo?” ¿Ha sido una cosa esporádica? ¿Fue a partir de algún acontecimiento en concreto o es recurrente? ¿Llevas mucho tiempo sin dormir bien y además te sientes muy triste e irritado/a? ¿Tienes ataques de pánico?
Hay miles de preguntas que te van a ayudar a determinar si tu insomnio es por estrés o por otros problemas. Para ello, ya sabes: recurre a un profesional para un diagnóstico acertado y un tratamiento personalizado para ti.
Tratamiento: ningún problema debe hacerte sufrir
El estrés forma parte de nuestra vida, especialmente en los tiempos que vivimos. La presión laboral es muy fuerte, los problemas económicos achacan a gran parte de las familias, las relaciones a veces no salen como uno se espera… Hemos de aprender a manejar el estrés para que no nos impida llevar una vida normal.
Para ello, existen diferentes tipos de tratamientos, que dependerán de tu grado de estrés.
Una buena higiene del sueño
Como ya he comentado antes, el insomnio derivado de las situaciones o vidas estresantes es simplemente un síntoma más, y no debemos intentar curarlo de forma aislada, pues el problema tiene otra raíz.
No obstante, es muy útil mantener una buena higiene del sueño, ya no solo para combatir el insomnio, sino para empezar a regular nuestra vida y adquirir hábitos saludables.
- La cama es únicamente para dormir: nada de trabajo ni discusiones.
- La habitación ha de ser confortable en cuanto a iluminación, temperatura, comodidad del colchón y orden.
- Establece unos horarios regulares de sueño.
- Haz actividades relajantes antes de ir a dormir.
Terapias alternativas contra el estrés
Tratar el estrés de forma natural es lo mejor que puedes hacer, pues un medicamento, a largo plazo, no va a serte de gran ayuda y puede generar dependencia. En otros trastornos como la depresión o la ansiedad, puede que los fármacos sean una mejor opción, pero no en este caso.
Existen muchos tratamientos alternativos, como, por ejemplo:
- Técnicas de relajación progresiva.
- Ejercicios de yoga.
- Acupuntura.
- Infusiones y tés tranquilizantes.
- Mindfulness.
- Acupresión.
- Masajes.
- Baños calientes.
- Música relajante.
- Descarga de adrenalina en deportes de riesgo.
Advertencias y precauciones
Exención de responsabilidad: como ya te he dicho en muchas otras ocasiones, la información en este sitio web es solo para fines educativos y no pretende ser un consejo médico, diagnóstico o tratamiento. Todo se basa en libros, enlaces de referencia y mucha investigación, pero no se debe tomar como algo definitivo de ninguna manera. Si experimentas síntomas o necesitas consejos de salud, consulta a un profesional de inmediato. Mi objetivo aquí es guiarte y darte la información más veraz y actualizada posible, pero mi consejo número uno va a ser siempre ir al médico.
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