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Insomnio en Ancianos: Dormir bien en la Tercera Edad

insomnio personas mayores

Existe la creencia de que los ancianos necesitan menos horas de sueño que los jóvenes y adultos. Esto no es cierto, o al menos no lo es de forma exacta. Sea cual sea la edad de una persona, el promedio de horas de sueño no se puede aplicar a un caso en particular, así como no se puede encajar un vestido de la talla 40 en un cuerpo de la 36. El sueño es un problema individual.

Los ancianos antes necesitaban de 8 a 9 horas de sueño y ahora no, ya que tal vez olvidan (u olvidamos) los frecuentes ratos en los que descansan durante el día. Esas siestas cubren la diferencia de horas.

La verdad es que una persona inquieta o nerviosa, posiblemente enferma de la próstata, tiene que levantarse varias veces durante la noche para descargar la vejiga, y por eso duerme menos de lo normal. Pero, de todas formas, seguramente recupere esas horas perdidas durmiendo a ratos durante el día.

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Índice de contenido

  • 1 ¿El insomnio en la tercera edad es normal?
  • 2 Entendiendo el trastorno
  • 3 Síntomas de padecer insomnio en la tercera edad
  • 4 Causas del insomnio o el sueño no reparador en ancianos
    • 4.1 Apnea del sueño
    • 4.2 Músculos inquietos o síndrome de las piernas inquietas
    • 4.3 Medicamentos
    • 4.4 Estimulantes
    • 4.5 Enfermedades
  • 5 Recomendaciones para un sueño reparador
    • 5.1 Medidas farmacológicas
    • 5.2 Plantas medicinales
  • 6 Advertencias y precauciones

¿El insomnio en la tercera edad es normal?

Varios estudios han demostrado que las personas mayores no necesitan menos horas de sueño que los jóvenes. Muchos abuelos padecen menos de fatiga y dolores crónicos cuando duermen 9 o 10 horas en vez de 7 horas.

Se ha demostrado que dormir es un remedio excelente para cualquier tipo de dolencia en la tercera edad.

Sin embargo, muchas personas de edad avanzada se quejan de padecer insomnio, y echan la culpa a los síntomas que se observan en la falta de sueño. En realidad, muchos expertos coinciden en que la duración media del sueño a los 70 años es de unas 7 horas y media, mientras que a los 90 años supera las 8 horas.

Lo cierto es que no hay pruebas de que en la ancianidad se deba dormir menos que en los años anteriores.

Los ancianos se quejan si no concilian pronto el sueño, ya que ellos mismos saben que si no duermen bastante se sienten peor al día siguiente. Tal vez su afán de dormir más no sea otra cosa que el ansia instintiva de contrarrestar la degeneración física. Quizá sea esta la causa de que dormiten tanto durante el día: no por ser mayores, sino porque la naturaleza les incita a recuperar las energías gastadas.

Es posible que ese insomnio tan común a medida que se acerca la vejez sea un factor importante para precipitar la ancianidad.

No olvidemos que lo que sirve para los ancianos también sirve para los jóvenes y no tan jóvenes. Por ejemplo, algunas madres jóvenes padecen de depresión después de tener a su hijo (la depresión posparto). ¿Sabías que uno de los posibles motivos es la falta de sueño durante los 9 meses de embarazo, el parto o las primeras semanas después de dar a luz?

Si una persona no duerme lo suficiente, suele padecer alteraciones y trastornos psicológicos todavía más incapacitantes que aparecen antes que los físicos.

Entendiendo el trastorno

No hay que olvidar algo muy importante: la mejora física de una persona se realiza durante la fase de descanso, que es cuando el cuerpo de regenera. Si este no es suficiente no hay progreso, e incluso puede darse lesiones o retrocesos.

Pero el sueño en los ancianos no es uniforme, y se suele efectuar incluso durante cortos periodos diurnos. Por eso tienen dificultad para conciliar el tradicional descanso nocturno de ocho horas, siendo presionados con demasiada frecuencia para que se tomen sedantes que no necesitan.

Quizá sus cuidadores necesiten dormir toda la noche, pero ellos no.  Estas variaciones del sueño nocturno no ocurren en todas las personas mayores, y aproximadamente una cuarta parte de los ancianos no efectúa ninguna siesta durante el día, aunque la mayoría de los que permanecen inactivos tienen episodios de corta duración en el momento en que permanecen sentados más de una hora seguida.

Dentro de los trastornos de sueño en el anciano, el insomnio es uno de los más relevantes y frecuentes entre ellos, definiéndose como tal la percepción por parte de la persona de que su sueño es inadecuado o anormal.

Síntomas de padecer insomnio en la tercera edad

Los síntomas más comunes del insomnio en personas mayores

  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Frecuentes despertares
  • Escaso tiempo total de sueño
  • Sueño no reparador.

Estas alteraciones afectan a un 50% de las personas mayores de 65 años, preferentemente las inactivas.

Causas del insomnio o el sueño no reparador en ancianos

Apnea del sueño

Se caracteriza por la existencia de episodios de ausencia de respiración durante 10 segundos o más durante el sueño. Cuando se repiten en el transcurso de la noche, el sueño profundo no se efectúa y hay somnolencia durante el día.

También es frecuente que ronquen nada más dormirse, tornándose el ruido más intenso poco a poco. Hay también cambios en el tipo e intensidad del ronquido y sonidos diversos al cambiar de posición, algo que ocurre durante casi toda la noche.

Durante los períodos de apnea el nivel de oxígeno en la sangre baja drásticamente, ocasionando síntomas de somnolencia durante el día.

Músculos inquietos o síndrome de las piernas inquietas

Es un trastorno del sueño caracterizado preferentemente por incomodidad de las piernas durante el sueño que sólo se alivia cambiándolas frecuentemente de posición.

También suele ocurrir con los hombros o los brazos, lo que obliga a moverse en la cama con frecuencia durante la noche.

Estos síntomas pueden durar una o más horas, ocasionando una disminución en la calidad del sueño y la consecuente somnolencia durante el día, así como insomnio por ansiedad o lentitud en los procesos del pensamiento.

Medicamentos

Casi todos los medicamentos pueden afectar al sueño, mucho más si la medicación es diversa.

Entre aquellos que impiden conciliar un sueño profundo están los derivados teofilínicos (empleados en el asma y la bronquitis), los antihipertensivos de acción central, los Beta- bloqueantes, los antidiabéticos o los diuréticos.

También ocasionan insomnio, paradójicamente, los mismos medicamentos para dormir, tanto por dependencia como por aumento de la tolerancia.

Estimulantes

El alcohol, que en pequeñas dosis puede inducir al sueño, en los alcohólicos se convierte en su mayor enemigo, actuando incluso como estimulante. El tabaco, a causa del efecto de la nicotina sobre el sistema circulatorio, produce relajación durante el día, mientras que la cafeína (café, té, chocolate, cola,) tomada incluso 12 horas antes puede impedir conciliar el sueño.

En estos casos, de nada vale las reacciones que se hayan tenido en los años anteriores, pues con la edad la tolerancia a los estimulantes es cada vez menor.

Enfermedades

Cualquier enfermedad lo suficientemente grave puede romper el ciclo vigilia/sueño. Los mecanismos habituales por los que éstas causan insomnio son: el dolor, como en las enfermedades neoplásicas u osteoarticulares; disnea, como en las enfermedades cardiorespiratorias; frecuencia urinaria (un 20% de los despertares de más de 5 minutos en los ancianos es causado por el deseo de orinar) como en las enfermedades endocrinas o prostáticas.

También las enfermedades psiquiátricas pueden ser causa de insomnio (por ejemplo, la demencia y la depresión).

Otras causas

Los malos hábitos de sueño no son imputables siempre al propio anciano, pues hay factores ambientales desfavorables (incluso en los hospitales), problemas sociales (desavenencias familiares), situaciones de estrés, o falta de adaptación a cambios en el estilo de vida, influyen negativamente en la capacidad o habilidad para conciliar el sueño.

Recomendaciones para un sueño reparador

  • Mantener horarios regulares, tanto para acostarse como para levantarse.
  • Dormir sólo lo necesario para encontrarse descansado y despejado al día siguiente, limitando la presencia en la cama a un máximo de 8 horas.
  • Durante el día, limitar las siestas a un tiempo máximo total de 15 minutos.
  • Evitar dar cabezadas durante el día.
  • Intentar realizar ejercicio moderado y continuado durante el día (caminar es suficiente), aunque no en las horas inmediatamente anteriores al acostarse.
  • Procurar que el dormitorio sea tranquilo y sin exceso de luz, con una temperatura agradable, en una cama confortable, con un pijama adecuado.
  • Cuidar la alimentación, procurando cenar con antelación y evitando irse a la cama con hambre.
  • Evitar las sustancias estimulantes a partir del mediodía.
  • No esforzarse demasiado en intentar dormir, si después de 30 minutos de estar en la cama es incapaz de conciliar el sueño es mejor levantarse y realizar alguna actividad relajante como leer o darse una ducha de agua templada.
  • Quitar los despertadores que marcan sonoramente los segundos y cambiarlos por los digitales.
  • Limitar la ingesta de líquidos dos horas antes de irse a la cama, para evitar la producción de orina.

Medidas farmacológicas

Solamente cuando lo anterior no haya dado resultado se recurrirá a ellas. La prescripción de inductores al sueño (Valium, Tranxilium, Lexatin, etc.) de vida media corta o de otros fármacos, además de realizarse a la más baja dosis, solo se hará en el caso del insomnio transitorio o el de corta duración, o a corto plazo en el insomnio de tipo crónico, de forma intermitente. Nunca más de siete días seguidos.

Plantas medicinales

Las plantas medicinales como el azahar, tila, lúpulo o pasiflora son adecuadas para periodos más prolongados. En casos crónicos se recomiendan mejor melisa y espino blanco, complementados con Triptófano y vitaminas del grupo B.

Advertencias y precauciones

En MeVoyADormir proporciono información general, conejos y recomendaciones con fines educativos e informativos, para que los usuarios y usuarias aprendan nociones básicas de temas relacionados con los problemas del sueño. En particular, este post habla sobre los problemas para dormir de las personas mayores. En ningún momento debe interpretarse la información proporcionada como un consejo médico o resultados de un estudio científico. Cualquier inquietud o duda debe ser dirigida a un profesional de la salud de inmediato.  Ya sabes, y lo he dicho en muchas ocasiones, que únicamente los y las profesionales de la salud son los que pueden guiarte mejor en tus problemas físicos o mentales.

Amplía tus conocimientos sobre este tema con los siguientes links de referencia

  • Trastornos del sueño en el adulto mayor en la comunidad
  • Prevalencia de los trastornos del sueño en el adulto mayor
  • Calidad de sueño en ancianos
  • Trastornos del sueño en el anciano y en las demencias

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