Las recomendaciones de los médicos, preocupados no sólo por la salud, sino también por el bienestar de los adolescentes, se refieren ante todo a la duración del sueño y forman parte de una doble preocupación: Por ejemplo, un adolescente de catorce años puede tener suficiente, durante mucho tiempo, con unas siete u ocho horas de sueño (como un adulto), mientras que otro tiene necesidad de dormir siempre de nueve a diez horas, como si se hubiera quedado en la etapa infantil. También te puede interesar… Lo que complica las cosas son las variaciones, bastante repentinas y en el mismo adolescente, de la necesidad de sueño. A veces, estas variaciones. que los padres conocen bien, se producen de una semana a otra. Recordemos, en primer lugar, que el sueño tiene un efecto reparador, en el sentido de que permite al organismo recuperarse después de los desgastes físicos y psíquicos de la jornada. A tales desgastes, que son distintos en cada individuo, se debe añadir el «trabajo fisiológico» del crecimiento, que tanto se acelera en la pubertad. Ahora se sabe, además, que durante la fase de sueño llamada sueno paradójico, se producen algunos fenómenos mentales que son bastante intensos como para provocar la actividad onírica, es decir, los sueños, pero no tanto coma para lograr que el dormido se despierte. Ahora bien, estos fenómenos de selección, de clasificación, de comparación y de evaluación de las informaciones recogidas durante el día representan, para el equilibrio intelectual y afectivo, una importancia muy particular en ese periodo, que es precisamente una etapa de intensa curiosidad, tanto de exploraciones como de elaboraciones intelectuales y afectivas. Estas particularidades explican, al menos en parte, las siguientes cuestiones: La legislación internacional sobre el trabajo tiene esto en cuenta y prohíbe el trabajo nocturno, no sólo a los niños, sino también a los adolescentes. Expertos en el sueño han llegado a una serie de conclusiones: Esta hipótesis del déficit crónico de sueño es la resultante de una serie de estudios experimentales durante los que se deja a los adolescentes la posibilidad de permanecer en el citado estado de somnolencia. La recuperación progresiva de este déficit de sueño se comprueba con la ayuda de sencillos tests. Los cuerpos y la mente en la adolescencia experimentan una serie de cambios continuos, se están «formando» de cada a la etapa adulta. Como hemos visto, la mayoría tiene tendencia a dormir un montón, pero no todos. Los adolescentes también pueden parecer de insomnio, aunque la mayor parte de los casos es temporal. Suele parecer «normal» que un adolescente se vaya a dormir a la hora que le venga en gana, que se prive de sueño y luego vaya a clase, que salga hasta las tantas o que pase toda la noche jugando a videojuegos. Pero estos patrones de conducta pueden provocar insomnio a corto, medio y largo plazo. Entre las causas del insomnio en adolescentes y jóvenes, encontramos: Recuerda que el insomnio viene provocado por un problema mayor, y es un síntoma que nos ha de poner alerta y averiguar la raíz del problema. Los síntomas que te voy a describir a continuación son muy comunes en la etapa de la adolescencia, por ello a veces es difícil de diagnosticar que nuestro hijo o hija padece de insomnio y por qué. La mayoría de casos, por desgracia, se vinculan casi directamente con el estrés o la depresión. Antes o después se deberá tratar la raíz del problema, encontrar la causa del insomnio del adolescente: ¿está de exámenes? ¿Le ha dejado la pareja? ¿Sufre de acoso escolar? ¿Nadie supervisa a qué hora se va a dormir? El primer tratamiento -y que suele funcionar en la mayoría de insómnicos adolescentes- es el de la mejora de higiene del sueño. Esto incluye: Si con estos sencillos pasos el insomnio no se cura, debes acudir al especialista para tratar mejor la raíz del problema. Si no se trata puede derivar en insomnio crónico en adultos. Sin embargo, no debemos olvidarnos de los numerosos factores de naturaleza psicosocial que estimulan, no sólo la actividad diurna, sino también la nocturna; en cualquier edad, pero sobre todo durante la adolescencia. De ahí, la importancia de una interpretación cuidadosa de las modificaciones prolongadas del sueño nocturno en esta edad. He aquí dos ejemplos de tales trastornos: En definitiva: el sueño en la adolescencia no es tan sólo objeto de controversias entre padres e hijos/a, como lo ha sido siempre, sino también un eficaz indicador del estado mental y un medio natural de alcanzar el equilibrio psíquico y físico en este período de la vida en que todo tiende a cambiar. Como bien sabes, no soy doctora, pero sí he padecido insomnio muchos años y además tomo referencias siempre de profesionales para mis investigaciones. Sin embargo, todo lo que toque temas de salud (en este caso, en la etapa de la adolescencia), es recomendable consultar al doctor o doctora. En el caso de los más jóvenes, la primera recomendación es ir al pediatra (ya que es lo que les toca hasta cumplir cierta edad). No se debe tomar la información aquí expuesta como un consejo médico o una verdad absoluta. Con tu salud no te la juegues.
¿Por qué se pasan el día durmiendo los adolescentes?
Algunas particularidades sobre la necesidad de sueño de un adolescente
Causas del la falta de sueño en la adolescencia
Síntomas del insomnio adolescente
Tratamientos efectivos
Otras modificaciones del sueño
Advertencias y precauciones
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Insomnio en la adolescencia: ¿es normal que duerman a deshoras?
Es curioso que el sueño en la adolescencia origine muchos menos comentarios que la alimentación, por ejemplo. En contraste con los numerosos estudios realizados acerca de la psicología del sueño en el recién nacido, en el bebé, en el niño en edad escolar y, naturalmente, en el adulto, se encuentra muy poca documentación sobre el grupo de edad que aquí nos interesa, y, la mayoría de las veces, tales estudios se dirigen a situaciones patológicas más que a las variaciones normales.